El brillo de la Bolsa europea está lejos de apagarse, pero la pujanza de Wall Street desde los mínimos de abril amenaza con restarle esplendor. Si durante meses los activos europeos se convirtieron en la mejor alternativa contra el ruido proteccionista que emanaba de Donald Trump, la energía de la Bolsa europea empieza a dar señales de cierto agotamiento. Desde los mínimos anuales registrados en abril el S&P 500 avanza un 34,8%, por delante del 21,9% que suma el Stoxx 600.
Redacción