La fecha clave para arrojar algo más de luz sobre la financiación singular que exige Cataluña está más cerca: el Gobierno y la Generalitat formalizarán este lunes una propuesta que pretende dar el pistoletazo de salida al nuevo marco. La cita llega cerca de un año después de que PSC y ERC pactaran un nuevo modelo de financiación para la comunidad catalana, un esquema que, a priori, se asemeja mucho al modelo foral de País Vasco y Navarra y que ha llevado a políticos y académicos a rasgarse las vestiduras por la amenaza para el Estado autonómico —por el potencial de restarle una porción trascendente de recursos—. Sin embargo, a medida que la negociación avanza, se asoma otra pregunta: ¿sería posible extender el planteamiento catalán al resto de comunidades y dar más equidad al sistema de financiación? Según una simulación realizada por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), la respuesta es afirmativa, pero con muchos matices. Porque, como se dice, el diablo está en los detalles.