La dependencia de los combustibles fósiles ha sido durante mucho tiempo un problema geopolítico. Las crisis por los embargos en Medio Oriente, las interrupciones de los oleoductos y el uso militar del suministro de gas por parte de Rusia han expuesto repetidamente cuán frágiles pueden ser los sistemas energéticos construidos a base de petróleo y gas. Por el contrario, la energía renovable ofrece una lógica estratégica fundamentalmente diferente: una vez desplegados, los parques solares y eólicos están mucho menos expuestos a las perturbaciones geopolíticas convencionales. No son inmunes a los riesgos de la cadena de suministro, pero a medida que los sistemas eléctricos maduran, las energías renovables proporcionan una vía para salir de los fósiles…
