Manuel Zafra, presidente de Merck en España, es madrileño. Nació en 1967. Pero su carrera profesional le ha guiado por otros países como Hungría o Canadá. Algo que, a su juicio, “te abre mucho la mente. Puedes entender que el mundo no es de una sola manera”. Pese a que considera que vivió muy bien en ambos países, desde que los abandonó aún no ha vuelto: “Está en la lista de deberes pendientes”, reconoce. Zafra es un gran amante del mar. “Me pasaría horas mirando las olas romper en un acantilado”, dice. Y avisa a navegantes: “Si alguna vez no sabéis donde estoy, buscadme en un campo de golf junto al mar”.

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