Hay muchos elementos que influyen en una negociación salarial: los beneficios de la empresa, la situación de su sector, el panorama económico en conjunto, la fuerza de los sindicatos… Todo ello es importante, pero son factores que no se concretan automáticamente en una cifra. El número impepinable en cualquier negociación de este tipo es la inflación, la evolución de los precios. Para no perder poder adquisitivo los salarios tienen que crecer al menos tanto como el Índice de Precios de Consumo (IPC). Pero los sindicatos vienen subrayando cada vez con más insistencia una falla en este planteamiento: el IPC no incluye el precio de compra de vivienda, en pleno subidón y que absorbe una porción cada vez mayor de muchas nóminas. Por ello, los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, reclaman que este elemento se tome en cuenta en la negociación salarial.