El mercado inmobiliario se ha convertido en un callejón sin salida. Los precios disparados de compra y alquiler y una oferta cada vez más escasa están restringiendo el acceso a la vivienda para cada vez más ciudadanos, que ni tienen ahorros suficientes para embarcarse en una hipoteca ni tampoco ingresos para destinar a una renta que se comería el grueso de su salario. Este panorama sombrío está respaldado tanto por los datos como por el sentir pesimista de la sociedad: casi la mitad de los españoles, un 48,2%, percibe que hay ahora menos personas en su entorno cercano con capacidad para adquirir una vivienda respecto a hace seis meses; tan solo un 10,3% cree que hay más, de acuerdo con la segunda edición de la encuesta Termómetro 5D elaborada por 40dB. para CincoDías y EL PAÍS.