Con dos posibles fusiones en menos de cinco años, las relaciones entre el BBVA y el Banco Sabadell son tempestuosas, marcadas por el recurrente rechazo de la entidad catalana, el pez pequeño, a las propuestas del BBVA. Unas negativas que han ido subiendo de tono, a veces, pero que sí tienen un denominador común: el BBVA nunca ha puesto sobre la mesa un precio que convenciera a la cúpula vallesana. La cerrada defensa del banco se ha visto, no obstante, agrietada este martes con la decisión del inversor mexicano David Martínez, principal accionista individual de la entidad, de acudir a la opa en contra del resto del consejo de administración.
Redacción