Cada cual tiene ya su batallita en Gibraltar y su comarca sobre dónde le pilló la tarde del histórico 11 de junio, momento en que España y el Reino Unido anunciaron que había acuerdo para el tratado llamado a derribar la Verja. A la gibraltareña Sammy Armstrong, directora de la inmobiliaria Savills, le pilló a punto de terminar la jornada laboral en su oficina. Pero para ella la épica comenzó justo después: “Estoy supercontenta. En las siguientes 24 horas he recibido más llamadas de interesados en propiedades que en los últimos meses”, asegura. Pese a que el detalle del tratado aún tardará unos meses en llegar y el texto no está ni firmado, empresarios y trabajadores no residentes en Gibraltar al fin respiran aliviados por salir de una incertidumbre paralizante en la que llevaban inmersos desde hacía tres años y medio, cuando empezaron las negociaciones.