La transición verde, que marca la hoja de ruta del siglo XXI, tiene en el biogás uno de sus pilares. La empresa española Calpech se ha convertido en un motor clave para aprovechar esta energía procedente de la descomposición de materia orgánica. Ubicada en Alicante, la compañía ha desarrollado, patentado e industrializado un proceso sostenible que transforma los residuos agrícolas en nanopartículas de hierro encapsuladas en carbono. El resultado reduce significativamente los costes frente a los procesos convencionales, promoviendo un modelo más eficiente y sostenible.
Redacción
