Gran parte del discurso sobre el hidrógeno durante la última década ha sido aspiracional: visiones de una economía limpia del hidrógeno, una profunda descarbonización de la industria y el transporte, y sistemas energéticos futuristas construidos en torno a la electrólisis. En muchos de mis artículos anteriores sobre OilPrice, advertí que el hidrógeno estaba entrando en una “fase de realidad”, donde la exageración debe dar paso a la ejecución, la economía y la escala. Ahora estamos empezando a ver proyectos reales que cruzan el umbral y la balanza está cambiando. Pero el camino a seguir es frágil: ejecución, alineación de políticas…
				
				
                    	                    
                                
                                Redacción
                            
                                    
				
				
												
				
				
									
						
					
								
			
							
					
							