Ocho de cada diez viviendas que se compran en España son de segunda mano. De ahí que, en una gran mayoría de los casos, los compradores decidan retocar alguna o todas las estancias de su nuevo hogar para ponerlas a su gusto, o actualizarlas por el desgaste del paso del tiempo. En la mente de los nuevos propietarios, sin embargo, no suele estar la idea de renovar la instalación eléctrica, o de revisar el resto de consumos del inmueble. Solo uno de cada diez lo asume como prioritario, y eso que seis de cada diez viviendas lo necesitan.
Redacción