El primer trabajo de José Rodríguez de Arellano (Madrid, 65 años) fue recogiendo espárragos y melocotones con 17 años. Hizo la carrera de Económicas en la Complutense, luego la mili, y después encontró empleo en el departamento financiero del primer supermercado de Alcampo que se abrió en Vigo (y que durante años fue considerado como el más barato del país). A los 32 decidió que ya lo sabía todo y que trabajar para los demás era una tontería. Fundó una joyería llamada Anel y se arruinó. “Me equivoqué de socios. Era un momento complicado por varias enfermedades en la familia, me quedé sin nada”. No se para en detalles, “son cosas que pasan, como todo en la vida”. Está sentado en una luminosa sala de reuniones de Plenergy (antes Plenoil) en Madridla empresa que, junto a otros cuatro socios, fundaría años después y que ahora dirige. Pero antes volvería a trabajar en distribución (Eroski) y volvería a levantar otra empresa, de promoción inmobiliaria, que volvería a fracasar en los años de la burbuja. Su guía empresarial, dice, fue siempre conseguir montar algo que le permitiese vender cualquier cosa más barata que la competencia. Lo consiguió al tercer intento.

José Rodríguez de Arellano, el rey de la gasolina barata: “El aditivo no vale para nada, lo ponemos porque la gente piensa que es bueno”
