En el exclusivo mundo de la familia Cheng, uno de los clanes más ricos de Hong Kong, el personal habla de una regla no escrita: nunca decirle no al jefe. Así que fue difícil discrepar cuando el mayor de los hijos del patriarca, Adrian, presentó un plan grandioso. Su propuesta: un centro comercial que superara a todos los centros comerciales, justo al lado del moderno Aeropuerto Internacional de Hong Kong.
Redacción