La semana pasada, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchezreconocía haber cobrado dinero en efectivo como secretario general del PSOE, aunque “no era habitual”. Durante años, muchas empresas e instituciones han funcionado con una fórmula sencilla: abonar dietas o gastos profesionales de sus empleados (taxis, comidas de empresa, alojamientos, etc.) en efectivo y justificar después el desembolso con la correspondiente factura o ticket de compra. Sin embargo, la generalización de los pagos electrónicos y las normas contra el fraude fiscal han reducido al mínimo el margen para usar dinero en metálico en el ámbito empresarial o institucional. Hoy, el medio de pago importa, y mucho, a ojos de Hacienda.
Redacción