Ninguna guerra se sostiene si los funcionarios dejan de fichar en la oficina. Elvira Nabiúllina (Ufá, 61 años), alabada por políticos y medios occidentales bajo la inocente etiqueta de “tecnócrata”, ha sido la tabla de salvación del Putinismo en un buen puñado de ocasiones desde que asumió la dirección del Banco Central de Rusia en 2013. “Disruptora”, “salvadora” y “profesional” son algunos adjetivos empleados hacia ella. Sin su firmeza frente a las presiones de oligarcas y militares próximos a Putin, Rusia ya habría gripado su maquinaria bélica por sobrecalentamiento.
Redacción