El sector asegurador vive una transformación profunda, impulsada por el avance vertiginoso de la tecnología —con la inteligencia artificial como protagonista—, un entorno geopolítico incierto y los efectos cada vez más visibles del cambio climático. A este escenario se suma una regulación en constante desarrollo, que busca anticiparse a las nuevas dinámicas de una industria que integra criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), al tiempo que refuerza sus sistemas de gestión frente a peligros emergentes como los ciberataques. En paralelo, las compañías tratan de captar el mejor talento disponible y responder a un cliente que demanda experiencias personalizadas, en un escenario de envejecimiento poblacional. La lista de retos, deberes y oportunidades es extensa y dibuja, según Amalio Berbel, sector chairman de seguros de KPMG en España, “una hoja de ruta para cualquier aseguradora en los próximos años”.