El Partido Laborista ha pasado gran parte de los 18 años desde que Tony Blair dejó el cargo tratando de cerrar divisiones que surgieron durante su mandato. Su regreso al centro del escenario, uniéndose a los esfuerzos dirigidos por los estadounidenses para terminar con uno de los conflictos más intratables del mundo, corre el riesgo de abrirlos nuevamente.
Redacción