Mezclar una demanda que no cesa con una oferta que no crece ha dado como resultado un gigantesco problema en el acceso a la vivienda. Un complicado cóctel que ha empezado a mostrar nuevas limitaciones en algunos de los mercados más calientes. La fatiga, si bien no es generalizada, empieza a manifestarse en territorios como Madrid, Canarias o Baleares. La falta de obra nueva y el progresivo aumento de los precios en núcleos de por sí muy saturados han rebajado la alegría de un mercado que empieza a notar cómo cada vez resulta más complicado cerrar operaciones, explican los expertos. Aunque avisan de que eso no significa necesariamente que los importes vayan a caer.
Redacción