Los banqueros centrales de la eurozona tienen una respuesta predefinida cuando se les cuestiona por la evolución del euro frente al dólar. “No voy a comentar sobre tipos de cambio”, aseguró hace unos días la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en Sintra, donde participó en un debate a cinco con sus homólogos de Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Corea del Sur. “Pero obviamente lo tenemos en cuenta en nuestras proyecciones”, añadió la presidenta, preguntada por si la subida de la divisa podría contrarrestar los esfuerzos del banco por suavizar la política monetaria. No obstante, pocas horas antes, su número dos, el español Luis de Guindos, afirmaba abiertamente que, si bien los niveles actuales “podemos pasarlos por alto”, más allá de la cota de 1,20 dólares por euro, la situación “sería mucho más complicada”.