La transformación de la fuerza laboral pasa por la forma en la que los nuevos trabajadores van sustituyendo progresivamente a aquellos que optan por la retirada. Este fenómeno se está estancando en los últimos años en España debido al progresivo envejecimiento de la mano de obra, que cada vez retrasa más su jubilación por el aumento continuado de la edad legal y por los estímulos económicos que este le retardo les reporta tras las últimas reformas de pensiones. Las previsiones a largo plazo, con 2050 como escenario final, no son por tanto excesivamente halagüeñas: las estimaciones realizadas por Randstad Research apuntan que España perderá 2,6 millones de trabajadores en los próximos 25 años debido al declive demográfico.
Redacción