La Bolsa y la inteligencia artificial (IA) necesitan darse un tiempo. Como en esas relaciones donde el flechazo inicial se va volviendo tóxico. Inversores de todo el mundo ven con recelo los carísimos precios de muchas compañías tecnológicas. Las acciones de Wall Street se han revalorizado un 36% desde los mínimos de abril al calor de la IA, pero esta semana algunas alarmas empezaron a saltar.
Redacción
