Los cierres de gobiernos se han convertido en una característica recurrente de la política estadounidense, producto de enfrentamientos partidistas sobre el gasto que obligan a las agencias federales a suspender una amplia gama de servicios. El último cierre, el tercero bajo el presidente Donald Trump en sus dos mandatos, comenzó a la medianoche del 1 de octubre, cuando el Congreso no logró aprobar una medida provisional de financiación, lo que provocó el primer cierre del gobierno del país en casi siete años. El 5 de noviembre cumplió 36 días, lo que lo convierte en el cierre más largo de la historia.
Redacción
