Firmar un contrato de alquiler supone cruzar la línea de meta de una carrera habitualmente llena de obstáculos. Por eso, el cansancio acumulado en el proceso puede acabar provocando que antes de estampar la firma en el papel no se revisen adecuadamente todas las cláusulas que recoge el documento en cuestión. Para evitar sustos futuros, un informe encargado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 al Observatorio Desca ha recogido las 20 cláusulas abusivas más habituales que se han detectado en los contratos de arrendamiento ―sobre algunas de ellas se ha pronunciado ya la justicia―, o que considera recurribles en los tribunales. Desde retener la fianza porque las paredes han cambiado de color hasta entrar en el inmueble para revisar su estado en cualquier momento o prohibir colgar una bandera en el balcón.
