Tras más de un año de tira y afloja ha quedado de sobra probada la capacidad de resistencia que tiene la opa hostil lanzada por el BBVA sobre el Banco Sabadell, pero el Consejo de Ministros le da otro apretón de tuercas y endurece las condiciones que tendrá que afrontar el banco de origen vasco si quiere culminar la absorción de la entidad catalana. La decisión del Gobierno impone una obligación de “autonomía en la gestión” de ambas entidades por un plazo mínimo de tres años y se ciñe a razones de “interés general” para impedir al BBVA despedir personal, cerrar sucursales y condicionar el crédito para las pymes. El ministro de Economía Carlos Cuerpo ha señalado que se trata de medidas “proporcionadas y equilibradas” que no bloquean la operación de absorción, pero el mismo Cuerpo ha referido, hasta en dos ocasiones, que habrá que ver si el BBVA “decide seguir adelante” con sus planes.