La tarea de reindustrializar Europa es más complicada de lo que parece. Después de décadas de trasladar la producción a otras partes del mundo, el continente hace frente al desafío de revertir esa tendencia y fortalecer su base industrial. Lo que antes fue un simple objetivo de crecimiento económico, ahora está ligado a la transición energética y la competitividad mundial. La crisis climática y la necesidad de reducir la dependencia exterior (tanto en materias primas como en energía) han exacerbado el desafío. Como respuesta, la Unión Europea (UE) ha lanzado el Pacto Verde Industrial (European Green Deal), con el que busca convertir el reto de la descarbonización en una oportunidad de crecimiento.
Redacción