La cumbre de la OTAN en La Haya, que apuntaba a cerrarse con cierta calma diplomática pese a las tensiones y diferencias latentes entre varios de sus miembros, terminó el miércoles con una amenaza sin precedentes en el seno de la Alianza Atlántica. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, amagó públicamente con penalizar a España por no comprometerse a destinar el 5% de su PIB al gasto militar. Y lo hará, dejó entrever, a través del comercio, una de las estrategias favoritas del republicano. Aunque no habló específicamente de aranceles, su advertencia apunta a una fórmula de sobra conocida: imponer tarifas selectivas a productos específicos con gran peso en el mercado exportador español, como ya hizo en su primera legislatura con la aceituna. “Van a pagar el doble”, sentenció Trump, en referencia no al presupuesto de defensa, sino a la factura que, según él, llegará por la vía comercial.