Es imposible que Europa −y el mundo entero− alcancen ningún objetivo de reducción de emisiones sin que esto pase por el transporte. Y en este campo, el medio que menos contamina es el ferrocarril. En ese marco, la Comisión Europea ha presentado este miércoles un plan para impulsar el uso del tren en un aspecto muy concreto: la conexión por alta velocidad entre las grandes capitales europeas. Si ir de Berlín a Copenhague cuesta ahora siete horas, el objetivo del Ejecutivo europeo es que quede en cuatro; pasar de casi 14 horas a seis es la meta entre Atenas y Sofía. Todo ello a un precio “asequible”.
Redacción
