El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprendió una lección clave tras su histórica reunión del 30 de octubre con su homólogo chino, Xi Jinping: que el enfoque de línea dura que adoptó en su segundo mandato en el máximo cargo, caracterizado por aranceles y sanciones de rápida aplicación, ha funcionado bien y debería mantenerlo. En términos generales, Trump calificó la reunión de una hora y 40 minutos al margen de la cumbre de APEC en Busan, Corea del Sur, como un ’12’ en una escala del uno al 10, con «un grupo sobresaliente de decisiones tomadas»….
				
				
                    	                    
                                
                                Redacción
                            
                                    
				
				
												
				
				
									
						
					
								
			
							
					
							