Los grandes grupos empresariales en España, aquellos con una cifra de negocios superior a los 1.000 millones de euros anuales, pagaron en impuestos durante el año 2023 un tipo impositivo del 21% sobre su base imponible, la cantidad realmente sujeta al gravamen. Sin embargo, cuando se pone el foco sobre los beneficios totales logrados en el país (antes de descontar todas las exenciones y deducciones que se aplican), la tasa efectiva se desploma de manera abrupta hasta superar por poco el 7%. Esta caída muestra cómo funciona el proceso de aminoración de la cantidad de dinero sobre la que finalmente abonan impuestos las empresas. Es decir, los grupos obtienen un volumen de ingresos concreto, pero después lo vacían a través de los mecanismos legales de los que disponen para así construir una base imponible mucho menos holgada con la que rebajar la factura fiscal.