En mayor o menor medida, todos sabemos lo que significa renunciar a una cosa para tener acceso a otra. Como se explica en clase de economía, el coste de oportunidad viene determinado porque cada euro tiene un destino alternativo, dados unos recursos escasos o limitados, por lo que las consecuencias de nuestras decisiones no solo implican satisfacer algunas necesidades sino renunciar a la satisfacción de otras. Esta es una cuestión inmediata en la que todos nos reconocemos, varias veces al día. Sin embargo, cuando pasamos del ámbito doméstico al debate públicotal claridad desaparece. Y es que es evidente que carecemos de las herramientas cognitivas para evaluar decisiones colectivas del mismo modo que evaluamos las individuales y privadas.
Redacción