Los cierres del gobierno se han convertido en una característica recurrente de la política estadounidense, el producto de enfrentamientos partidistas sobre el gasto que obligan a las agencias federales a detener una amplia gama de servicios. El último cierre, el tercero bajo el presidente Donald Trump en sus dos términos, comenzó a la medianoche del 1 de octubre, cuando el Congreso no logró aprobar una medida de financiación StopGap, lo que provocó el primer cierre gubernamental de la nación en casi siete años.
Redacción