Encuentra que el concurso de hoy ya no se trata solo de barriles y tuberías, sino que controla minerales, redes, financiamiento y tecnologías que alimentarán a los 21calle siglo.
«La inteligencia artificial (IA) solo ha sobrealimentado este cambio», señala. «Los centros de datos que impulsan la raza de IA requieren gigavatios de electricidad estable, obligando a los gobiernos a tratar el poder como un activo estratégico a la par con el petróleo en el siglo XX». Solo esta semana ha visto a Microsoft anunciar un Grandes nuevas inversiones en el Reino Unidosiguiendo desde Google.
A través de esta lente centrada en la seguridad, concluye que la clara ventaja competitiva para el dominio de los combustibles fósiles es en América del Norte, Oriente Medio y Asia.
Sin embargo, otras fuentes de producción de energía ven ventajas estratégicas adicionales en América del Norte y Asia, pero también África, Australia, América del Sur y Europa.
«El éxito financiero dependerá de comprender cómo los cambios geopolíticos afectan las inversiones futuras y se incluyen en la planificación estratégica. Aquellos que pueden anticipar y adaptarse a estos cambios estarán mejor posicionados para capitalizar las oportunidades y administrar los riesgos que surgen en esta nueva edad de seguridad energética», afirma.
Cita a Australia como un país que ha «alcanzado el premio mayor de energía y minerales», con sus abundantes metales de tierras raras, GNL, carbón y fuentes de energía renovable.