La gigantesca deuda a corto plazo de Quasar, inmobiliaria que controla los activos inmobiliarios del desaparecido banco Popular, aprieta en el zapato de su dueño, Blackstone. Este fondo estadounidense ha comenzado el proceso para renegociar el préstamo de más de 3.000 millones de esta sociedad que vence en marzo de 2026.
Redacción