“Aprendo porque me gusta hacer lo mismo que los jóvenes, y poder comprar online. De momento no lo he hecho porque me da mucho miedo», cuenta frente a la cámara Pedro Borreguero, un jubilado de 68 que vive en Arroyo de San Serván (Badajoz), y que el pasado mes de mayo asistió a un taller presencial en su pueblo gracias a la iniciativa Reconectados Rural, de la Fundación Telefónica. Ese respeto, casi autolimitación, que se pone, es uno de los aspectos que más afectan a los mayores, cuyas carencias en competencias digitales influyen en ámbitos tan esenciales de la vida cotidiana como la banca personal, la salud, la información, la socialización y las relaciones con la Administración.
Redacción