España coge ritmo. Así lo refleja el Anuario de la música en vivo de 2025 de la Asociación de Promotores Musicales (APM), que sitúa el pasado año en récord con la venta de 725,61 millones de euros en entradas en conciertos, festivales y eventos de música en vivo o en directo. La facturación ha crecido de forma consistente excepto en el periodo de la pandemia (2019-2021), acumulando un alza de los ingresos del 360% en la última década.
Los pros y los contras de la industria
Presión. Sobre las principales preocupaciones de la industria de la música en directo, Manuel López, de Sympathy for the Lawyer e Incentiva Music, sitúa en primer lugar “la reventa ilegal de entradas, que supone una flagrante vulneración de derechos de artistas y empresas del sector, además de un importante volumen de fraude para el público”. A esto se ha sumado “una fuerte presión vecinal contra los conciertos y festivales, que pueden hacer peligrar un buen número de eventos y su impacto cultural y económico” y “el alto grado de incertidumbre en la concesión de licencias para realizarlos que en muchas ocasiones no se emiten hasta el mismo día del evento”.
Incentivos. La Ley del Impuesto sobre Sociedades establece un incentivo fiscal para los promotores de conciertos y festivales. Según el artículo 39.7 LIS, esa deducción se puede aplicar por parte de empresas y autónomos de cualquier sector siempre que apoyen financieramente estos proyectos culturales. “Este sistema ha generado mucha confianza e interés en miles de empresas que buscan rentabilidad y ahorro fiscal, y supone un apoyo económico clave para los promotores musicales en la actualidad”, dice López. “El sector de la música en vivo ha crecido un 360% en los últimos 10 años y ha ido en paralelo a la implantación y mejora del régimen de incentivos fiscales culturales”, agrega.