El estallido de la burbuja del ladrillo en 2008 destruyó prácticamente todo el tejido industrial de construcción de casas. Desaparecieron o tuvieron que ser rescatados los grandes nombres del sector promotor. Solo unos años después, a partir de 2014, comenzó a llegar el capital (principalmente extranjero) que vio la oportunidad de suplir a las empresas desaparecidas ante la demanda insatisfecha de obra nueva de viviendas. Ahí aparecieron nuevas marcas como Aedas, con el fondo Castlelake detrás, o Neinor, inicialmente también arropada por el fondo Lone Star, dos compañías cotizadas que unirán sus destinos tras una opa lanzada hace unos días por esta última inmobiliaria y que dará como resultado la mayor promotora de España.
Redacción