Vivimos probablemente el momento de mayor inestabilidad y belicismo de los últimos 80 años. Las décadas posteriores a la II Guerra Mundial estuvieron marcadas por los “treinta gloriosos”, una etapa de crecimiento económico, inversión público-privada y prosperidad que no hemos vuelto a experimentar con tanta intensidad y extensión geográfica nunca más. Construimos un sistema multilateral basado en reglas que impulsó la globalización, ayudando a millones de personas a salir de la pobreza. Un sistema que ha tenido también sus sombras, pero que todos los actores reconocían y, hasta cierto punto, respetaban. ¿Qué nos está pasando?
Redacción