La ola proteccionista que está minando los cimientos del orden económico mundial amenaza con dar una estocada también a la inversión extranjera directa (IED), ya en horas bajas tras la crisis financiera y la pandemia. Los flujos hacia los países en desarrollo alcanzaron los 435.000 millones de dólares en 2023 (algo más de 400.000 millones de euros), el último dato disponible y el más bajo desde 2005. También la inversión extranjera hacia las economías avanzadas están de capa caída: marcaron en 2023 su menor cota desde 1996 (unos 310.000 millones de euros), según el Banco Mundial, que este lunes ha publicado su último informe al respecto. El organismo alerta de que el futuro tampoco se percibe halagüeño. “Las condiciones actuales no son propicias para generar flujos robustos de IED hacia las economías emergentes y en desarrollo”, concluye.