Burbujas, sobrevaloraciones, créditos fallidos, falsedad contable o riesgos que hagan tambalear los cimientos del sistema… las catástrofes capaces de tumbar los mercados financieros son múltiples. Al igual que los bíblicos jinetes del Apocalipsis, cada una monta a lomos de un caballo de distinto color, pero todas generan inquietud entre los inversores. Incluso entre aquellos que llevan apostando años por una gran crisis, y esperan que llegue para cosechar suculentas recompensas.
Redacción
