
El revés recibido ayer por Iberia en Venezuela, con la suspensión de su concesión para volar hacia y desde ese paístiene una plasmación en números que habla de un impacto económico limitado pese a que la compañía pasa horas críticas junto a otras, como TAP, Turkish o Gol, en medio de un duro enfrentamiento entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro. La española iba a poner este año 126.000 asientos en la ruta Madrid-Caracas, lo que supone un 1,68% de la actividad total en sus operaciones de largo radio. Este año la oferta presupuestada alcanza los 7,46 millones de plazas, con Latinoamérica como mercado principal, con 5,5 millones de asientos (+5% respecto a 2024).
Redacción
