El hub marítimo español aspira a convertirse en un puerto neutro en emisiones en 2050 y reducir a la mitad sus emisiones en 2030 respecto a los niveles de 2017.

Según un comunicado, el puerto ya no tratará la energía como una materia prima “sino como un factor estratégico”, clave para reforzar la competitividad del puerto y sus alrededores en un mercado global cada vez más exigente.

Su plan de acción comprende 150 acciones, agrupadas en cuatro grandes ejes: descarbonizar la actividad portuaria; sostenibilidad del consumo de energía; resiliencia para garantizar el suministro energético e innovación para facilitar la aparición de nuevos modelos de negocio; y la adopción de tecnologías emergentes.

Señala que el biometano y los combustibles sintéticos son clave para descarbonizar el transporte marítimo y poder suministrarlos permite formar parte de los corredores marítimos verdes y atraer a los buques más eficientes y sostenibles.

El desarrollo de la economía del hidrógeno es otro foco, y la conexión del gasoducto H2MED representa una gran oportunidad para hacer del puerto un centro de combustible sostenible.

El plan también prevé otras tecnologías como los sistemas de captura de CO2 y su posterior uso, a través de la economía circular, para la producción de combustibles sintéticos, entre otros elementos.

Para transformar el puerto, se han identificado inversiones previstas en infraestructuras por un total de alrededor de 920 millones de euros de fondos privados y 780 millones de euros de fondos públicos.

El presidente José Alberto Carbonell afirmó que “el Puerto tiene un papel clave en el sector energético y debe actuar como un nodo estratégico que no sólo importe, almacene y distribuya, sino que también produzca y asegure el suministro de diferentes energías sostenibles”.

La Comisión Europea anunció recientemente una Inversión de 2.900 millones de euros en combustibles sostenibles hasta 2027.