La salud de la economía va mucho más allá de lo que refleja la tasa de crecimiento, el indicador más empleado para medir el vigor económico de los países. Consciente de que el dato resulta insuficiente para evaluar si el bienestar repercute en todas las capas de la población, el Gobierno va a incluir por primera vez indicadores de pobreza y desigualdad en el cuadro macroeconómico. Ese documento, que recoge las perspectivas de crecimiento, empleo y comportamiento de los precios en los próximos años, se actualizará este martes para incluir una revisión al alza del crecimiento económico de 2025 (del 2,7% previsto hasta ahora al 2,9%), pero también para incorporar un indicador de reducción de las desigualdades entre las metas macroeconómicas que establece el Ejecutivo.
