La reciente decisión del presidente Trump de rescindir los estándares de eficiencia de combustible de la era Biden marca un cambio radical en la política de transporte de Estados Unidos. Si bien la administración considera la medida como una victoria para los consumidores y los fabricantes de automóviles, las implicaciones se extienden mucho más allá de la sala de exposición. La reversión plantea nuevas preguntas sobre cómo los fabricantes de automóviles deberían planificar inversiones a largo plazo en un entorno regulatorio cada vez más fragmentado. Para qué se diseñaron los estándares de Biden Las reglas de la administración Biden, finalizadas en 2024, establecen objetivos agresivos:…
Redacción
