
Casi tanto como la energía, la evolución y el perfeccionamiento de las prácticas en la producción y el procesamiento de alimentos son fundamentales para descarbonizar nuestro impacto planetario en las próximas décadas.
Ahora todo el mundo comprende la forma en que la agricultura y la ganadería están ligadas al viaje de carbono en el que nos encontramos. En la transición hacia una economía baja en carbono, el sistema agroalimentario mundial es responsable de aproximadamente un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. La descarbonización, en este contexto, implica tanto reducir las emisiones agrícolas como aprovechar la capacidad de las tierras agrícolas para absorber carbono.
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