La falta de mano de obra en la agricultura está amenazando las cosechas de varias campañas, de manera muy especial en las comunidades de Andalucía y Extremadura. A pesar de que, según la última EPA, el paro agrario supera las 133.000 personas (la población ocupada es de 747.000), el campo destruye cada vez más empleo, en parte por la mecanización del sector, pero también porque muchos jornaleros no pueden trabajar por ser incompatible con el cobro del subsidio o la renta agraria.
Redacción
